LA CIUDAD VERDE

Un buen ejemplo de sostenibilidad, de organización, de innovación pero, sobre todo, de concienciación es la ciudad de Curitiba. Esta ciudad brasileña es la capital del estado del Paraná y la mayor del sur del país. Además está entre los tres municipios de Brasil con la mejor infraestructura (detrás de São Paulo y Río de Janeiro) y es una de las cinco mejores para invertir de América Latina. Curitiba ha merecido encomios internacionales en los últimos decenios por sus éxitos en la planificación urbana, particularmente la muy elogiada y sumamente eficaz red de tránsito rápido de autobuses, sus espacios verdes abiertos y sus programas de reciclado ecológico. Pero esto no siempre ha sido así, antes de su intenso proceso de urbanización, esta ciudad destacaba por su pobreza, desgobierno e insolvencia.

Para que esta situación cambiara, habrá que remontarse a los años 50 cuando se creó el Plan Preliminar de Urbanismo, el IPPUC (Instituto de Pesquisa e Planejamento Urbano de Curitiba) y se aprobó el Plan Regulador con el que el transporte, la circulación vial, el trabajo, la recreación, la promoción social y la vivienda, pasaron a ser pensados dentro de una visión integrada de ciudad. Resultado de estos planes es la Red Integrada de Transporte (RIT) que posibilitó la oferta de múltiples desplazamientos al costo de un único billete, es decir, la adopción de tarifa única, conocida como Tarifa Social. Así, se amplía la movilidad de la población más cadenciada que vive en la periferia de la ciudad. Actualmente, diez municipios forman parte de la RIT que transporta aproximadamente a dos millones de pasajeros al día. Estas medidas se vieron avaladas por el arquitecto y alcalde de Curitiba en tres ocasiones, Jaime Lerner. Para su tercer período Lerner anunció su candidatura sólo doce días antes de la elección, y resultó triunfador sin tener tiempo para una campaña electoral.

Para que la población formara parte activa de estos cambios, el Plan Maestro incluye un programa de reciclaje. Cada día, la ciudad recicla 3.200 toneladas de basura, un 22% del total de sus residuos, aunque el objetivo es llegar al 40%. Otra de las innovaciones que ofrece es el “canje verde” que posibilita que familias de bajos ingresos canjeen sus basuras por verduras frescas en 78 puestos ubicados en toda la ciudad. Todos estos cambios no hubieran sido posibles sin los Faros del Saber. Se trata de puntos de información ubicados por toda la ciudad que ayudaban a los curitibanos a conocer estas nuevas medidas, además de aportarle una cultura basada en la sostenibilidad, pilar básico de esta urbe. Pero esto no es lo único que consiguen estos puntos informativos, su principal misión era disminuir la tasa de analfabetismo, un objetivo que han cumplido con creces ya que en la actualidad representan el 1% de la población.

Además, se establecieron numerosos parques y espacios verdes en la ciudad, con tres propósitos: evitar la ocupación ilegal de las tierras y la construcción de viviendas carentes de seguridad; proporcionar espacio para el drenaje y avenamiento de las aguas de los cinco ríos que atraviesan la ciudad; y proporcionar espacios para actividades culturales y recreativas. Por cada ciudadano, hay 51 metros cuadrados de espacios verdes. 

 Aunque Curitiba tiene mayor riqueza que muchas otras ciudades de Brasil, su mayor problema, al igual que en el resto del país, son las favelas. Aunque los programas de vivienda, combinados con la participación política directa y descentralizada de los ciudadanos, tal vez hayan salvado a Curitiba del caos urbano que tan frecuentemente resulta de la migración en gran escala de campesinos pobres hacia los centros urbanos.



 

Fuentes: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Curitiba
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:c7PRJrquHwoJ:rankings.americaeconomia.com/2010/mejoresciudades/curitiba-2.0.php+curitiba&cd=16&hl=es&ct=clnk&gl=es&client=firefox-a
Antonio Olaya Camacho
Pinheiro Junior, Clodualdo: Curitiba: Una experiencia continua en soluciones de transporte.