lunes, 11 de abril de 2011

UN MUNDO BIEN DISTINTO MIJO

Como ya he repetido varias veces, propio de mi peculiar personalidad y extraordinaria oratoria, no puedo comenzar este post sin advertiros que esto no es simple palabrería que haya leído en uno u otro sitio para documentarme sobre el país. Ahora es bien distinto, este país lo he sentido en mi sangre, no de fuego como la de los cubanos pero que por casi lo llega a ser.

Es interesante y extraño a la vez como cuando estaba en Cuba me venían, con frecuencia, ideas y frases que quería transmitiros desde este escrito que ya tenía pensado hacer. Pero ahora, sin embargo, todo aquello ha desaparecido y se ha convertido en poco más que unos recuerdos inolvidables y un tatuaje en el antebrazo de una palmera (cosa extraña para muchos ya que, por lo visto, las palmeras suelen ser tatuadas en otras partes del cuerpo, no me preguntéis por qué) que me hará recordar para siempre lo maravilloso que ha sido y conseguirme hacer sonreír cada vez que lo ojee (me vais a ver sonreír aún más, si cabe, a partir de ahora).



Como ya dice el titulo y en honor a mi amigo el francés que había visitado la ciudad de La Habana, al menos quince veces, este país se resume muy escuetamente en un solo adjetivo: DISTINTO. No puedo asegurarlo al cien por cien pero no creo que nadie pueda encontrar nunca en ningún lugar del mundo un lugar como este. Muchos pensarán que cada país tiene sus encantos y no lo dudo. Pero si visitamos cualquier país de la Unión Europea y de Norteamerica vamos a encontrar, al fin y al cabo, las mismas cosas, los mismos valores y hasta la misma publicidad que nos rodea en la actualidad. Nosotros aquí la llamamos publicidad, allí se llama propaganda porque viven una dictadura.

Todo es distinto, desde los colores, hasta el azul del cielo, el horizonte, el agua, las plantas, los bichos, animales y demás especies pero, sobre todo, esa personalidad encantadora de los cubanos que desprendían felicidad por todos los poros de sus tersas pieles y sus cálidos y sensuales bailes. (Pero puteando :P). Los colores eran luminosos, tórridos; el cielo y el mar se diferenciaban apenas por un horizonte nunca antes visto por mis ojos; el agua, aún siendo del mismo océano en el que chapoteo desde mis primeros años, me atrevería a decir que incluso desde mis primeros meses de vida era distinta. Esa agua del que tantas veces he hablado donde te puedes ver los pies y hasta los ínfimos y diminutos granitos de arena. Las plantas verdes verdes verdes xD llenos de color que alegraban la vista a cada paso. En cualquier calle, plaza, playa se podía encontrar esa exuberante vegetación apenas perceptible en nuestro mundo, inigualable. Esos lagartos que andaban libremente por Varadero, con sus esféricas colas y sus rápidos movimientos que los hacían imposibles de atrapar, les gustaba ser libres. Una libertad que, aún no teniendo los amables cubanos, no les separaba de la felicidad. Eran felices de lo que tenían y no les preocupaba lo que no tenían o lo que podrían tener. Una forma de vida que ya nos gustaría a más de uno, unas necesidades tan básicas que sobrepasan nuestras mentalidades capitalistas. En definitiva, un mundo aparte donde vivir es ser feliz y no tener. Donde la tristeza y los problemas son de verdad y no simples necedades.



Este no ha sido un viaje cualquiera, ha sido EL VIAJE. Ojalá, algún día, pueda tener otro símbolo acompañando a la palmera, porque entonces, tendré otro gran momento de mi vida para nunca olvidar.

PD: Jamás podré dejar de pensar que….USTEDES ESTÁN MAL! USTEDES TAN LOCOS!